Como los límites están en peligro de extinción quería escribir un artículo sobre ellos. Para que la gente pueda saber qué eran si leen esto en un futuro no muy lejando. En este tema tengo una cátedra, no es por presumir pero soy una persona bastante LI-MI-TA-DI-TA.
Decía, que los límites están en peligro de extinción, se diría que UNA puede moverse por el mundo sin encontrarlos y sin usarlos. Un mundo que se nos presenta como un planeta Tierra ilimitado, en el que se nos insta a consumir hasta el infinito y más allá, un deseo sostenible a base de ignorar la evidencia de que los recursos naturales son LI-MI-TA-DI-TOS.
Los límites no molan porque ponen frontera a lo que tenemos que querer por encima de todo LA LIBERTAD. En un combate neoliberal a muerte entre la igualdad, la justicia y la libertad gana la LIBERTAD. ¿Libertad para tomar cañas en una terraza mientras el mundo arde de injusticia y desigualdad? Si, porque sin justicia e igualdad la libertad sólo se puede disfrutar en un estado alterado de ánimo y conciencia. ¿No me crees? Si estás leyendo este blog te imagino diciéndome:
“Confío en Dios, los demás traigan datos”. Deming
Volvamos a la línea editorial de este blog, un blog de citas, datos y humor.
“No te voy a pedir que me creas pudiendo someterte hasta que me des la razón, con el látigo de la evidencia científica”. Irene Santos
Los límites del humor
“Meritocracia o bukkake”
Si no conoces a Henar Álvarez, aquí la tienes en su medio y ella nos ayudará a seguir con mi análisis…
Habrá a quien le escueza esta broma. Creo que lo más difícil y necesario que pueda explicar una analista web en un blog de analítica web es porque tiene gracia una broma. Una aproximación sería:
Henar nos da una premisa para un juego mental “¿meritocracia o bukkake?”, tu mente dibuja esos dos únicos posibles escenarios como respuesta. Vemos que en la RAE el número de mujeres no representa al esperado 50% que haría cumplir la categoría de meritocracia (porque las mujeres son el 50% de la población y tienen las mismas capacidades que los hombres, si existiera la meritocracia deberían ser el 50% de las personas que ocupan esos sillones). Como sólo nos ha dado una alternativa, si no es meritocracia es bukkake, nuestras mentes se ven obligadas a admitir que esa imagen de tan pocas mujeres y tantos hombres es más propia de esa práctica sexual del porno que de la meritocracia. Llevar a la mente a este punto donde encuentra sentido a un sinsentido hace que al cerebro le entre la risa. El humor descansa en la fina línea mental en la que por un instante resolvemos de manera razonable una premisa deduciendo algo ridículo.
Habrá quien diga que es ordinario este humor y bastante sensacionalista o simplista llamar bukkake a la RAE. Yo quiero pensar que, siendo la industria del porno una plataforma que ha inundado el imagionario del sexo de una mirada masculina que deshumaniza a la mujer. Una industria que enseña a erotizarse desde la misoginia. Henar busca la impresión y descolocar al personal con el remate del chiste, pero no “burrea” por “burrear”. Que Henar tendrá mucho barrio, pero también tiene mucho mundo.
“Mi marido me pega”
Es difícil que una persona de bien que ve esto en 2022 no sienta repugnancia ante una invitación a reírse de la violencia machista. Pero siendo justas con Millán Salcedo y sin caer en la crítica fácil, haremos la difícil autocrítica. Si esta broma la hicieron Martes y Trece…es porque las mujeres maltratadas eran risibles en 1991. Sé que esto escuece, como le escocía a Ana Obregón el ojo morado en Hostal Royal Manzanares cuando Lina Morgán le preguntaba qué le había hecho a su novio para éste que le pegara. No tengo datos, pero tampoco dudas, de que la opinión que encapsulan los productos audiovisuales de los noventa era benevolente con el maltrato porque la opinión popular lo era. Ahora viene lo peor, si nosotras hubiéramos estado delante de la televisión seríamos iguales que las personas que se rieron de esto. Porque Millán Salcedo hizo una broma dentro de los límites del humor de su audiencia. Eran unos límites compartidos.
Veamos una visualización de datos muy avanzada.
El humor televisivo de Martes y Trece se dirigía a una audiencia que si bien eran hombres y mujeres consumían relatos hechos únicamente desde la perspectiva masculina. Las mujeres hacían una suerte de bilocación para verse desde el punto de vista masculino sin esfuerzo porque era el único punto de vista de casi todas las obras (evidentemente, yo no creo que haya un humor masculino o femenino a priori, pero a posteriori de educarnos en un sistema patriarcal en el que existen [¿se crean?] unos géneros y desigualdad entre ellos, tenemos un humor que busca repetir esta desigualdad hasta el infinito [lo que yo llamo masculino] o corregirla combatiendo el injusto orden de las cosas [feminismo]*).
La variable del humor de Millán estaba dentro de los límites del humor de su audiencia de 1991 y está fuera de los límites del humor de todas las personas de bien de 2022.
La variable del humor de Henar tiene la gracia de superar los límites del humor de ciertas personas en su presente. Personas que no son su público objetivo; para las personas machistas de 2022 las bromas de Henar están fuera de sus límites del humor. Pero esas bromas están dentro de los límites de las personas feministas de 2022. Aquí otra visualización de datos muy avanzada y a mano alzada.
(MI) Conclusión: si bien el humor es en esencia un juego INFINITO donde podemos llevar a la mente a razonar lo ridículo. El humor ha tenido, tiene y tendrá límites porque esos límites descansan en su gran audiencia o en sus audiencias segmentadas. Los límites no son buenos o malos, son buenas o malas nuestras intenciones al cruzarlos. No es lo mismo cruzar el límite del humor para reírte de una mujer, una persona racializada, una persona con diversidad funcional. Que cruzarlo para reírte del machismo, del racismo, o el capacitismo. No es lo mismo temer ofender a los machistas y autocensurarte, que temer ofender a las feministas y autocensurarte. Ambas personas se censuran ante el miedo a ofender, pero no vale lo mismo el miedo de los dos bandos. No es lo mismo ofenderte porque se rían de tu discriminación que ofenderte porque se rían de tu privilegio. No es justo tratarlos por igual. La libertad de expresión debería regularse por su capacidad para ofender a quienes se debe ofender, y defender a quien se debe defender con el objetivo de que esos discursos corrijan la realidad existente y traigan una realidad más igualitaria y más justa. Si le quitamos a la libertad de expresión el valor de la igualdad y la justicia, se nos queda una libertad para ejercer tomando una caña en una terraza y poco más.
Los Sistemas de Control
Sólo hay tres cosas más difíciles de encontrar que el amor verdadero. La primera es encontrarle sentido a los datos. La segunda es encontrar un sistema de medición fiable. Y la tercera si la encuentro no te la digo, y así, me cuadran (aunque haya que forzarlo un poquito) estos datos que estoy presentando. Irene Santos.
Encontrarle sentido a los datos. Habrá quién piense que los analistas de datos tienen cierto poder mágico y cuando contemplan una tabla de Excel saben exactamente qué cuentan los datos. Que de alguna manera cuando comparamos datos entre periodos, hacemos gráficas y segmentamos hay un punto en el que empieza un musical en nuestra pantalla (rollo película de Walt Disney) y simplemente anotamos las conclusiones que nos explican didácticamente en sus canciones los datos. Algo así como esto se imagina la gente…
Analizar los datos es (entre otras cosas) saber extraer una señal entre tanto ruido. Y cuando sabes que estás ante una señal ser capaz de entender qué está detrás y qué hacer el respecto. Una de las formas más sistemáticas e interesantes que he encontrado para separar la señal del ruido es utilizar Sistemas de Control. Con ellos monitorizo la calidad de mi sistema de medición y por ende, vigilo que siga siendo fiable. Pero también lo utilizo para vigilar el rendimiento de mis KPIs más allá de estacionalidades, comparaciones con periodos pandémicos o preocupaciones por cumplimientos de budget.
Control charts, also known as Shewhart charts (after Walter A. Shewhart) or process-behavior charts, are a statistical process control tool used to determine if a manufacturing or business process is in a state of control. It is more appropriate to say that the control charts are the graphical device for Statistical Process Monitoring (SPM). Traditional control charts are mostly designed to monitor process parameters when underlying form of the process distributions are known. However, more advanced techniques are available in the 21st century where incoming data streaming can-be monitored even without any knowledge of the underlying process distributions. Distribution-free control charts are becoming increasingly popular. Wikipedia
Con un gráfico de control, gracias a los valores pasados de una serie podemos predecir el límite superior e inferior de la variable. También seremos capaces de dibujar el límite central.
Existen cuatro reglas que nos servirán para detectar si una variable estuviera fuera de control a partir de estos límites. No, no sólo detectaremos que está fuera de control cuando un valor cae por encima del limite, esa es la primera regla de detección pero no la única. Ahí vienen otras tres que Según Donald J. Wheeler debemos tener en cuenta.
Existen diferentes fórmulas para calcular los límites, en función del comportamiento de la variable (la periodicidad en la que obtenemos un valor, la sensibilidad que queremos que tenga nuestro sistema…). Honestamente, no me interesa ampliar la explicación de una forma matemática, estás en internet hay mucha web dónde ya explican eso. Te puedo recomendar libros o compartirte una hoja de cálculo donde tengo bajo control algún KPI segmentado por canal y/o dispositivo. Prefiero continuar la explicación de los gráficos de control de una forma un tanto personal.
¿Y si todo lo que nos pasa se pudiera enmarcar dentro de un gráfico de control?
Explica que todos somos iguales y distintos. Todos tenemos límites, pero los tuyos no son los míos. Como vamos a convivir será mejor que los señales claramente y no permitas a nadie que los cruce por un mal motivo. Respeta los límites ajenos, siempre. Exactamente dónde te digan que están unas veces y un poco por debajo de donde intuyas que estarían. Puede que te ahogues en una gota del vaso de agua donde hago pie. Puede que tu vida haya sido tan desafortunada que no entiendas porque sufro con lo que te estoy contando. Puede que mi mundo sea tan estrecho, que tu libertad me ofenda. Y como todo, si quieres ampliar tus horizontes, abre los ojos y si no tienes nada mejor que hacer con ellos, lee.
Explica que no podemos controlar lo que sentimos. No podemos controlar que el valor que viene a continuación esté dentro del límite. No podemos detener las tendencias negativas. Pero podemos escucharnos, detectar las señales de que estamos fuera de control y buscar las causas asignables para aceptar que: o tiene solución y volveremos a valores normales; o no la tiene, y con el tiempo, estos valores negativos que nos superan serán valores que estén bajo nuestro control. Tampoco podemos provocar tendencias positivas fácilmente. Igual artificialmente. Igual puntualmente. Pero no dejes que la publicidad, las creencias o los imperativos capitalistas te engañen. Te verás una y otra vez quitando un envoltorio muy bonito, sin que te sepa a nada el caramelo. Y ya sabes, esto también pasará o como dijo aquel poeta:
“Let everything happen to you. Beauty and terror. Just keep going. No feeling is final.” Rainer Maria Rilke
Explica el amor cuando aparece. Cuando permanece. Aparece una persona y amplia el nivel de afecto que eres capaz de dar y recibir. Por eso podemos querer a un millón de amigos, porque no es que cada vez que alguien hace un amigo nuevo toquemos a menos cariño el resto. Es que cada uno viene con su variable que se suma al resto de afectos. Y te diría cómo es cuando el amor desaparece, pero no tengo datos. ¿Será que no se puede dejar de querer? ¿Qué cuando no se ejerce el querer desde el presente se ejerce desde el recuerdo?
Explica el dolor. Porque el tiempo no cura TODO. Pero con tiempo UNA se adapta a TODO. Cuando una emoción negativa o una sensación negativa aparece con valores más negativos de los que están dentro de nuestros límites es INSOPORTABLE. Al fin y al cabo, el límite se calcula con los valores que hemos ido recopilado en nuestro pasado. Cuando esta nueva situación ya no sea tan nueva para nosotras, de alguna manera, nos acabaremos acostumbrando al “nuevo” orden de las cosas.
Yo encuentro ALGO de consuelo cuando intelectualizo el malestar así, capaz de generar sufrimiento hasta que pasa el tiempo suficiente para aguantarse, acostumbrase, aceptarlo, adaptarse, asimilarlo, asumirlo y/o resignarse. Entonces ya no lo llamaras estar mal. O igual si, pero ya no sufres por estar mal.
Explica el sentido de la vida que vivimos y la del resto. Quiero pensar la salud y la vida están íntimamente relacionadas. Tanto que si perdiéramos la salud de manera exponencial, la dimensión del tiempo se pararía para nosotras. Porque ciertos valores negativos, simplemente, son incompatibles con la vida.
Quiero creer que la vida tiene su propio límite de valores de dolor y sufrimiento aunque estén fuera de nuestro gráfico control durante un tiempo. Aunque nuestra mente sea capaz de dibujar escenarios de dolor y sufrimiento INFINITO, sólo los viviremos en nuestra imaginación si no controlamos el miedo.
La vida propia tiene para nosotros un dibujo con principio y fin. Unos valores emocionales variables en el eje vertical a lo largo de un segmento de tiempo como eje horizontal.
Pero las vidas ajenas podemos dibujarlas hasta el infinito aunque ya no arrojen datos nuevos. Nadie puede borrar nuestros recuerdos. Ni quitarnos la capacidad de compartir los datos que tenemos con el resto.
Esta intelectualización me ayuda a no temer ver dibujadas las pendientes negativas que sin duda apareceran. Y te lo cuento aunque le quite la gracia al artículo, porque no te imaginas lo necesario que puede ser tener fé y no tener religión en algunos momentos.
Me alivia creer que llegado cierto punto, aunque se paren esas otras máquinas de las que recibía señales de cariño, nadie puede quitarme lo que haya medido. Nadie se convertirá nunca en nada para mi. Dejaré que al olvido sólo pase el ruido, no tengo pensado tener espacio para almacenar eso.
Y cuando mi máquina deje de funcionar, se parará el sistema de medición que hace que pueda enviar y recibir señales de cualquier tipo. Inevitablemente, me volveré por donde he venido a...LA NADA. Pero a la nada UNA no puede tenerle miedo, porque se irá sola y sólo para sí misma. Dejará aquí lo compartido con resto, mi recuerdo (es una tarea que me veré obligada a delegar, ya lo siento).
Y qué puedo decirte sobre LA NADA…de cómo dibujar LA NADA no sabe nada la matemática. Pero Maria Zambrano hizo un gráfico de control con unas rimas. Porque donde no llegan los números llegan los versos. Y no te voy a pedir que me creas pudiendo leerla.
Delirio del incrédulo
Bajo la flor, la rama;
sobre la flor, la estrella;
bajo la estrella, el viento.
¿Y más allá?
Más allá, ¿no recuerdas?, sólo la nada.
La nada, óyelo bien, mi alma:
duérmete, aduérmete en la nada.
[Si pudiera, pero hundirme… ]
Ceniza de aquel fuego, oquedad,
agua espesa y amarga:
el llanto hecho sudor;
la sangre que, en su huida, se lleva la palabra.
Y la carga vacía de un corazón sin marcha.
¿De verdad es que no hay nada? Hay la nada.
Y que no lo recuerdes. [Era tu gloria.]
Más allá del recuerdo, en el olvido, escucha
en el soplo de tu aliento.
Mira en tu pupila misma dentro,
en ese fuego que te abrasa, luz y agua.
Mas no puedo.
Ojos y oídos son ventanas.
Perdido entre mí mismo, no puedo buscar nada;
no llego hasta la nada.
Sé el primero en comentar