En este primer artículo me gustaría compartir mi opinión respecto al más antiguo de los debates de la humanidad. La belleza de la forma y/o/contra la calidad del contenido.
Aunque a priori, pueda parecer un tema baladí creo que en el fondo es una constante universal en todas las conversaciones sobre cine, música, etc. Siempre se acaba intentando imponer al otro que aprecie a tal grupo de música por la letra o a tal director por su original estilo.
Bajo la bandera de la forma y del contenido se han librado muchas guerras. Una de las más divertidas y fructífera es el cruce de versos envenenados entre Góngora y Quevedo. Quien no conozca la violencia dialéctica y el elevado enfrentamiento intelectual de este tándem del barroco le recomiendo que lea sobre ello :
“descubierto habéis la caca
con las cacas que cantáis”
Quevedo.
Conceptismo y culteranismo. El consumo de un contenido (canción, película, poema, libro. etc) ofrece distintos placeres. Por un lado está el placer en la revelación de la idea que encierra (que llamaré placer intelectual). Por otro está el placer sensorial en la “lectura” de la obra. Igual que la obra puede aludir a distintas sensibilidades, la audiencia también tiene diferentes capacidades para obtener placer sensorial y/o placer intelectual. Quiero decir, por ejemplo, que si yo no tengo conocimiento de cómo era la sociedad española durante el franquismo, difícilmente voy a ser capaz de disfrutar de la crítica que encierra “Plácido” de Berlanga. Pero si podría disfrutar los planos y el movimiento de cámara que se muestran en la película. También quiero decir que muchas veces tachamos de buena o mala una obra no por las limitaciones de la misma, sino por nuestras propias limitaciones.
Nunca he creído en la objetividad humana. Creo en la honestidad de exponer que condiciona la subjetividad de cada individuo. Por tanto expondré mi posicionamiento dentro de este interminable conflicto entre forma y contenido. Yo creo que una obra será buena si tiene un buen concepto detrás, pese a que formalmente se limite a superar un estándar. Opino que una gran obra será aquella que haya venido al mundo para ser brillante por dentro y por fuera. Un producto con un concepto pobre pero sobresalientemente contado será una obra amena. Creo que los talentos son humanos y por tanto limitados.
Os preguntaréis a esta altura, que tiene que ver Quevedo y Góngora con el marketing digital en general y con la analítica web en particular. Google recientemente ha lanzado una herramienta llamada Data Studio dentro Google Analytics Suite 360. Esta herramienta sirve para hacer dashboards más legibles. Con ella se pueden hacer que los datos de los informes sean más comprensibles para el cliente y, por tanto, permiten que las decisiones que se tomen a partir de ellos sean más eficientes. También es muy útil a la hora de compartirlos y hace posible que sea mayor la cultura de los datos dentro de la organización. También posibilita la cocreación de informes entre distintos usuarios y plasmar en el informe datos de distintas fuentes. Es un arma potente en el “cómo” de los datos pero no en el “que” de los datos. Un profesional de la analítica web podrá gracias a Data Studio mejorar la caligrafía de sus informes y de esta forma hacer que sean más comprensibles. Pero un buen informe gestado desde el plan de analítica web, se nutrirá de la calidad de los datos recogido por una buena implementación y atenderá a un análisis pertinente. Será entonces, cuando tengamos unos datos veraces y relevantes, cuando nos preocupamos de que sean legibles. Quiero decir que bajo mi punto de vista, en primer lugar está el plan de analitica web (estrategia), en segundo lugar la calidad en la implementación (técnica), en tercer lugar la interpretación de los datos y la identificación de los KPIs (análisis) y en último lugar está la escritura del informe (estética).
Para hacer un buen plato de comida hay que pensar qué planto deberíamos cocinar, comprar los ingredientes y cocinarlos. Luego habría que saber emplatar esa obra para que sea tan apetecible, como sana y sabrosa. Es muy triste que un manjar no lo parezca, pero más triste es que lo que parece un manjar resulte al final una bazofia.
En resumen y citando a Góngora:
Con cuidado especial vuestros antojos
dicen que quieren traducir al griego,
no habiéndolo mirado vuestros ojos.
Prestádselo un rato a mi ojo ciego,
porque a la luz saque ciertos versos flojos,
y entenderéis cualquier gregüesco luego
Data Studio es una gran herramienta para emplatar los datos. Es una herramienta que puede mejorar la forma de tus informes e incluso mejorar el contenido, allí donde una pobre presentación limitaba la comprensión de los datos. Pero es una herramienta para trabajar la “forma” de los datos y no para mejorar su contenido
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